“La mejor esperanza para introducir la cultura en la agenda política del desarrollo es demostrando cómo las industrias culturales contribuyen al empoderamiento económico a través de la contribución, diseminación, participación y consumo, las cuales enriquecen la cohesión social de la comunidad”.
(Throsby D. 2010, 196)
La creatividad es tal vez uno de los puntos más claros de diferencia entre seres humanos y otras formas de vida. Pero más allá de la creatividad, se trata de lograr ser conscientes del hecho creativo, direccionarlo y sobretodo promoverlo en individuos, grupos y ciudades; ahí está la verdadera revolución.
Lo primero que debería decirse es que “hemos pasado a un nuevo escenario donde el capital intangible cobra una especial importancia, siendo la innovación el nuevo motor económico, una innovación que se alimenta de la creatividad de las personas”. (Menchén. 2009:1), es importante mencionar que la creatividad es subsidiaria de la innovación, y como tal debe ser cultivada, promovida y promocionada, este debe ser el punto de partida.
Esa promoción de la creatividad tiene un espacio natural: las ciudades. Un ciudad creativa es entonces “aquella localidad dinámica e innovadora que ha sabido crear un entorno abierto a la creatividad, donde las ideas fluyen y donde todos sus habitantes, de procedencias y edades diferentes, convergen para crear una comunidad creativa”, (Menchén. 2009:2) eso en términos de lo que es. Por otro lado está lo que debe garantizar: “es aquella que proporciona a sus ciudadanos las condiciones y el clima propicio para que fluya la creatividad, con el objeto de generar proyectos innovadores que beneficien a toda la comunidad”. (Menchén. 2009:2).
En el marco de las ciudades creativas existen los distritos creativos, nuevos espacios como Arena Cañaveralejo en los que confluyen el talento, el arte, la cultura y la historia; espacios en los que se pueden identificar cuatro incidencias de suma importancia: “puede contener en sí mismo un símbolo cultural determinado o una atracción que afecte la economía urbana: la torre inclinada de Pisa o el palacio de la Alhambra de Granada” (Throsby. 2001:141).
En segunda instancia, un distrito cultural puede actuar como centro de la zona local en especial las artes interpretativas; el tercer punto es que puede construir un componente vital de la economía de una ciudad; y por último la cultura puede tener un papel más omnipresente en el desarrollo urbano mediante el fomento de la identidad comunitaria, la creatividad, la cohesión y la vitalidad, a través de las características culturales y prácticas que definen la ciudad y sus habitantes” (Throsby. 2001:141).
Es en ese sentido la Plaza de Toros Cañaveralejo, ahora Arena Cañaveralejo, sugiere una gran importancia para Cali al contener décadas de tradición, innovación y cultura que se verán renovadas en una apuesta manifiesta a tener un espacio para la creatividad, para que la ciudad cuente con un caldero de inspiración y de encuentro entre la oferta y la demanda. Pero además otro de sus valores es que será un escenario habilitado más de la ciudad rigiéndose bajo los parámetros de la Ley 1493 de Espectáculos Públicos, que reconoce los escenarios habilitados como aquellos lugares de reunión que tienen por objeto promover la presentación y circulación de espectáculos de las artes escénicas, los cuales cuentan con todas las disposiciones técnicas, estructurales y humanas para garantizar la correcta y segura exposición de la creatividad.
Este hecho significa a grosso modo, un espaldarazo a Cali como ciudad creativa, a todos los artistas y gestores culturales que buscan espacios de presentación y al público caleño que siempre está dispuesto a consumir arte, sobretodo en su expresión danzada.
Desde Delirio, primer escenario habilitado de Colombia y producto turístico patrimonial, vemos con especial ilusión la llegada de Arena Cañaveralejo y celebramos todo esfuerzo conjunto que despeje el camino para que nuestra cultura sea apreciada por el público local, nacional e internacional.
Un escenario multipropósito, de todos y para todos.
*Archivo de la Fundación Delirio
Referencias:
Menchén, F. (2009). La ciudad creativa en tiempos de crisis.
Throsby, D. (2001) Economía y cultura
Throsby, D. The Economics of Cultural Policy. 2010